martes, 23 de agosto de 2011

SUICIDIO CULTURAL

Los años, en muchos de lo casos, solo se juntan y todo sigue igual, esto es algo que hasta el día de hoy vive la sociedad peruana, que a pesar de todo el crecimiento que vivimos en el tema económico, esto no se refleja en la inclusión del país que conocemos con el otro Perú, ese del cual venimos y que tiene miles de años de rica historia, que hoy se esta perdiendo.


Durante décadas, Lima se convirtió en una esponja social, que absorbió a toda la gente que vio en la capital el mejor de los futuros para su familia; muchos de aquellos migrantes, que llegaron con sus maletas llenas de ilusiones y, de lo que poco a poco se pierde, su cultura original.


Aquellos hombres y mujeres que llegaron hablando quechua desde sus amados pueblos, tuvieron que dejar de lado su lengua por la dominante y que les aseguraría poder infiltrarse en el nuevo mundo; un mundo que los trató de eliminar y aislar desde que chocaron.


El deseo de aislar esas culturas, poco a poco se fue rompiendo, hasta que las conocimos, pero lamentablemente de a pocos, se ponen en peligro de extinción, ya que esa estúpida idea de sentirnos superiores a ellos por el simple hecho de ser parte de un mundo globalizado, avergonzados de nuestra identidad y de nuestro pasado.


No podemos seguir orillando a nuestros hermanos a matar sus costumbres lenta y dolorosamente, hay demasiado que no conocemos sobre ellos y muchas cosas que aprender; además, es un suicidio cultural pretender lavarles el cerebro y hacerlos creer que ellos están mal y que deben ser como nosotros, ya que perderíamos todo aquello que nos ligue con el esplendor y mística celestial a la cual pertenecemos desde siempre.

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