sábado, 14 de agosto de 2010

CHRIS, UN ROCKER EN UN DÍA FELIZ

Christian es un muchacho alegre, irreverente, algo vago y flojo, pero un buen amigo; él tiene 18 años, le encanta el rock & roll, sobre todo la música de Enrique Bunbury. Esta es una de tantas historias que podria contar sobre él y sus mejores momentos desde que ingresó a la UTP.
Este relato inicia hace exáctamente un año, el 14 de agosto, un día antes del paseo de aniversario de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, cuando "Chris", acompañado de uno de sus grandes amigos, Duilio, pasaron toda la noche en la fiesta de unos amigos; luego de varias horas, ambos muchachos se fueron a dormir para descanzar y estar repuestos para el gran día.
Duilio y Christian despertaron y tomaron rumbo hacia la universidad, el punto de concentración para ir al evento, algo repuestos y con ganas de seguir pasandola bien, luego de subir a los buses que los trasladarían al local, se encontraron con un par de amigos más, eran Paolo y Ronald, el cuarteto estaba completo y solo faltaba un pequeño ingrediente para que la felicidad de los cuatro se complete.
Ya en el lugar de la celebración, los chicos se relajaron, no era un día de los aburridos y llenos de libros y cuadernos que viven a diario, este sería un día diferente.
Los chicos desde el inicio empezaron a hacer locuras, hablar puras tonterias, sobre todo Christian, que algo en lo que es un gran experto, las carcajadas no paraban y, como amantes del rock, los jovenes despedian desde sus celulares las mejores melodías de este género.
Para completar el ambiente y elevar la euforia, Christian, Paolo, Ronald y Duilio, consiguieron el elixir de la amistad, este cuarteto de locos obtuvo una codiciada caja de cerveza, así la felicidad estuvo completa, durante todo el resto del día, "Chris", sus amigos y toda la familia de la FACO se la pasaron entre bromas, juegos, bailes, diversión y muchas cosas más.
Uno de los momentos que más sorprendió a Christian fue cuando el mismo decano de la facultad, Alejandre Guerrero, le regalo una caja de "chelas", ya que su grupo de amigos fue uno de los más bulleros de la tarde, eso puso más contento a los chicos, que no pararon de hasta terminarse todas las botellas de aquel líquido que encontraran en su camino.
Al final del día, era hora de regresar a casa, "Chris" solo recuerda que subió al bus de regreso y se quedó dormido, pero nada le quitará la alegría que vivió junto a sus mejores amigos. Ese 15 de agosto, Christian jamás olvidará.

1 comentario:

  1. Hey esta Historia en Cierta...
    De ser asi Pucha YO tambien me pongo hablar chaladas mañna mismo en la puerta de lA FACO.

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