
Hace unos días, el mismo personaje, tuvo que entregar la banda al finalizar su segundo periodo como presidente; pero teniendo en cuenta que prácticamente volvería a estar solo, con nada más que 4 congresistas de la estrella que lo avalen, sería un suicidio en público.
La sensata decisión de García de ahorrarse una nueva burla mundial, no cayo nada bien en los que hasta hace una semana fueron de oposición y hoy son parte del nuevo oficialismo, los mismos que atacaron durante 5 años la segunda gestión del partido de la estrella.
Legalmente, nada obligaba al saliente presidente a presentarse y entregar la banda; se valió de eso para no revivir esos momentos de amargura y el desaire a mediados de 1990; este acto demuestra el nivel de los nuevos congresistas, que armaron un escándalo y nos regalaron otra vergüenza internacional al hacer del hemiciclo un mercado común, como ya nos acostumbramos a ver a nuestros padres de la patria, como verduleros, con el respeto que los verduleros se merecen.
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